El pasado 28 de mayo de 2013 se celebró la X edición del Día Nacional de la Nutrición resaltando el papel que puede desempañar la familia en la adquisición de los buenos hábitos alimentarios.
Durante esa jornada, se desarrolló a nivel Institucional una serie de actividades como información, entrega de materiales, compartir alimentos, Importancia de la fruta en la alimentación y la clasificación de los alimentos a través del tren de la alimentación para Colombia. Con el único fin de difundir la importancia que tienen los mayores en la trasmisión de hábitos de alimentación saludable a los más pequeños.
Esta campaña educativa nos hace entender que debemos cuidar nuestro cuerpo, hacernos abrir los ojos, darnos un toque de atención y hacernos reflexionar sobre nuestro estilo de vida. Pero este tipo de campañas deben ir acompañadas de políticas de salud en las que todos los sectores de la sociedad se impliquen. Y esto significa que entidades públicas y privadas deben crear sinergias para llegar a todas las personas. Todos los medios son válidos para transmitir valores en salud, como por ejemplo las asignaturas de Salud y Nutrición, Nuestra página institucional, desde donde pretendemos acercar la ciencia y el conocimiento sobre la alimentación y la salud.
Dos ámbitos relevantes en lo que se refiere a la educación en salud son la escuela y la familia, fundamentales para asentar las bases de una alimentación saludable. Según un genio de nuestros tiempos, el cardiólogo Valentí Fuster, la mejor etapa para construir unos cimientos consistentes que sustenten una vida saludable se da entre los 3 y los 6 años. Si nos perdemos esta etapa, nos perdemos la época en la que las emociones juegan un papel fundamental para abrir la puerta del conocimiento. A partir de los 6 años, el aprendizaje es mucho más racional y aunque siempre estamos a tiempo para incidir en los hábitos saludables del ser humano, si empezamos desde el comienzo, ganaremos tiempo y esfuerzo.
Los planes educativos de nuestra Institución cubren asignaturas como la salud integral y en el seno de las familias, transmitir unos hábitos saludables. Deber prioritario: Escuela-Casa, Casa – Escuela. Lo que no significa que este deber no se acompañe de compartir alegría y distensión. Pues es de este modo, entre el juego y la actividad cotidiana, que se adquieren los hábitos sin darnos cuenta, de forma natural.
Hacer participar a las y los pequeños en las tareas del hogar, como comprar los alimentos, prepararlos para comer, sentarnos todos a la mesa y hacer del ejemplo una lección, charlar y compartir vivencias y conocimiento de forma recíproca, sin olvidarnos de salir y hacer actividades deportivas en familia, nos ayudarán a enseñar a comer y, en definitiva, a crecer.